Sobre los sandbox: ¿Necesarios, útiles, o simplemente una novedad pasajera?

Por Kepa G. Angulo.

¿Pero, qué es un sandbox, para empezar?: El término Sandbox o Sandboxing, tal y como indica su nombre, se refiere a un “cajón de arena” o un entorno controlado. Todos conocemos esos cajones de arena donde los padres dejan que sus hijos jueguen con sus juguetes. Son lugares seguros donde la arena les protege de golpes y donde pueden divertirse aislados de los peligros del exterior.

Un sandbox es un recurso por el cual las empresas Fintech, insurtech, aseguradoras o la banca pueden desarrollar nuevos productos bajo supervisión y en un entorno perfectamente controlado, esto permite no sólo el libre desarrollo de la tecnología antes de iniciar los trámites para su regulación, en caso de ser necesaria, o incluso ser frenado su desarrollo si el organismo supervisor observase la inviabilidad del mismo.

El fin último de esta caja de arena no es otro que el de lanzar productos terminados y libres de cargas regulatorias al mercado, y por libre de cargas regulatorias entiendan que nos referimos a que el producto finalizado solo podrá ser utilizado por el consumidor una vez haya sido aprobado y plenamente testado: todo aquel producto que no cumpla a la perfección con los requerimientos de la entidad reguladora no podrá ser lanzado hasta recibir la aprobación del regulador.

¿Qué proyectos pueden ser elegidos?: Los proyectos sujetos a sandbox suelen ser aquellos para los que no existe regulación, además, normalmente sólo se acepta la presentación de aquellos proyectos que puedan ponerse en marcha de forma inmediata (o estén en su última fase de lanzamiento).En ciertos países, se pide además que proporcionen algún tipo de ventaja, ya sea una clara ayuda o mejora para el usuario, aumentar la eficacia de la entidad desarrolladora, o directamente proporcionar algún tipo de mecanismo para la mejora de la regulación. Adicionalmente, es costumbre que los participantes del sandbox cuenten con las garantías financieras suficientes como para cubrir los costos que puedan surgir en las pruebas a lo largo de un año.

Claramente, este proceso es de gran ayuda para las entidades regulatorias, pero ¿Qué ventajas ofrece a las empresas? Algunos desarrolladores han rechazado la oportunidad de participar en los sandbox por temor a ser rechazados por no acatar la regulación antes de haber podido lanzar su producto al mercado, pero muchos otros ven esto como una enorme oportunidad: Todo producto que pase a través de los filtros del sandbox podrá ser lanzado con total libertad, así como con la inestimable ventaja de no tener que sufrir procesos regulatorios a corto y medio plazo.

Apple OS X y el fallo de seguridad del cajón de arena

Tampoco podemos olvidar la increíble publicidad que conseguirán los proyectos que salgan adelante: no sólo serán éxitos de un programa ambicioso, contarán también con el visto bueno de las autoridades regulatorias: esta es una poderosa arma a la hora de enfrentarse ante las dudas de los usuarios o consumidores de los futuros productos.

Es por estas razones por las que debemos defender la creación de estos “cajones de arena”, no sólo porque los clientes demandan cada vez más cercanía y conocimiento para con las empresas, sino por la inestimable ventaja de que todo producto que lancemos contará con el sello de aprobación de las entidades reguladoras.

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